Cuando comentamos el objetivo de nuestras alarmas, nos sorprende escuchar la cantidad de gente que se identifica con el problema. El pasado martes me tocaba poner al día mi pelo. Las peluquerías sirven además como punto de conexión para compartir opiniones, historias, a veces con personas que ni nos conocemos. Una palabra puede encender el diálogo y eso fué lo que sucedió: ... "¿Hacerse pis en la cama?... ¡Yo hasta los 10 años! ¡Pues yo hasta los 9 años seguro! ¡Ójala mi madre hubiera tenido esta opción! ...la pobre lo pasó casi tan mal como yo!"...
Cuando el problema es superado perdemos el pudor de hablar sobre ello, nuestro objetivo es ser ese entorno seguro y agradable que dé cobijo a los temores y angustias de las familias que están pasando por ello en este momento. Para que algún día puedan comentarlo en la peluquería con la misma naturalidad que las personas que ese día coincidieron conmigo.
